Comentario
Capítulo treinta y siete
De lo que agora se haze en los bateos, que es casi lo mismo que antiguamente hazían, y del modo de los banquetes que hazían los señores, principales y mercaderes, y agora hazen, y de las demás casas de este signo
Síguese la manera del combite que agora, después de ya cristianos, hazen en los baptismos de sus hijos. De la misma manera combidavan agora para sus baptismos que combidavan antiguamente, exceto que los señores y principales y mercaderes y hombres ricos, cada uno según su manera hazía combite y combidava mucha gente, y ponía oficiales y servidores para que sirviessen a los que venían combidados, para que a todos se les hiziesse honra conforme a la calidad de sus personas, ansí en darles flores como en darles comida, como en darles mantas y maxtlates conforme a la calidad de sus personas.
Para este propósito juntava mucha copia de comida y mantas y maxtlates y flores y cañas de humo, para que todos sus combidados tuviessen copiosamente todo lo necessario y no recibiesse afrenta ni vergüença el señor del combite, sino que recibiesse gloria de la orden y de la abundancia de todas las cosas que se havían de dar. Y en sabiendo esto, los combidados estavan con esperança que no les faltaría nada de las cosas del combite. Y también desseavan que no hoviesse falta, porque el que combidava no cayesse en alguna afrenta, ni nadie con razón se pudiesse quexar de él, ni del combite, ni murmurar.
Llegando el día del combite, todos los servidores y oficiales del combite andavan con gran solicitud aparejando las cosas necessarias y poniendo espadañas y flores en los patios y caminos, y barriendo y allanando los patios y caminos de la casa donde se hazía el combite. Unos traían agua, otros barrían, otros regavan, otros echavan arena, otros colgavan espadañas donde se havía de hazer el areito, otros entendían en pelar gallinas, otros en matar perros y chamuscarlos, otros en asar gallinas, otros en cozerlas, otros metían los perfumes en las cañas. Las mugeres viejas y moras entendían en hazer tamales de diversas maneras: unos tamales se hazían con harina de frixoles, otros con carne; unas de ellas lavavan el maíz cozido; otras quitavan la coronilla del maíz, que es áspera, porque el pan fuesse más delicado; otras traían agua; otras quebrantavan cacao, otras le molían; otras mezclavan el maíz cozido con el cacao; otras hazían potajes. Y en amaneciendo, ponían petates por todas partes y asentaderos, y echavan heno entretexiendo la orilla, que parecían mantas de heno. Todas las cosas se ponían en orden como era menester, sin que el señor entendiesse en nada. Todas estas cosas hazían los servidores y oficiales, aquellos que dan las cañas de humo y las flores y la comida; y aquéllos hazen el cacao y lo levantan al aire, y dan a los que han de bever; y también hay personas diputadas para el servicio particular de los combidados. Esto acontece entre los señores y principales y mercaderes y hombres ricos, pero la gente baxa y pobre hazen sus combites como pobres y rústicos, que tienen poco y saben poco, y dan flores de poco valor y dan cañas de humo que ya han servido otra vez.
Las demás casas de este signo tienen la fortuna conforme a los lugares de sus números. La segunda casa se llama ume cozcacuauhtli; la tercera, ei olin; la cuarta, naui técpatl; la quinta, macuilli quiáuitl; la sexta, chicuacen xúchitl; la séptima, chicome cipactli; la octava, chicuei écatl; la nona, chicunaui calli; la décima, matlactli cuetzpali; la undécima, matlactlioce cóatl; la duodécima, matlactliumome miquiztli; la terciadécima, matlactliumei máçatl.